El otro día me encontraba en la empresa de un posible cliente y me enseñó su sala de calderas. En la misma había una caldera con un economizador en la chimenea que recirculaba sobre un depósito abierto que posteriormente, por gravedad y mediante una válvula de boya, enviaba agua al depósito de alimentación que también estaba abierto.
Una de las cosas que me sorprendió, entre otras, fue que los depósitos que formaban parte del circuito de alimentación de la caldera no se encontraban calorifugados y estaban abiertos, con lo cual, cuando cogí la muestra teníamos el agua a temperatura ambiente.
Debemos tener en cuenta que un economizador es una inversión de la que se espera obtener un retorno mediante dos vías:
Al tener los depósitos abiertos el agua se nos vuelve a enfriar y disuelve el oxígeno del ambiente que podíamos haber eliminado por lo tanto este cliente realmente no tiene un economizador sino un enfriador de humos.
Por lo tanto, instalar un economizador nos supone las siguientes ventajas:
Pero si lo instalamos dejémonos aconsejar por instaladores contrastados, empresas de tratamientos solventes y hagamos un estudio económico para ver la viabilidad.
Para más información, no dudes en contactar.
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